JUVENILES FANTÁSTICOS Y CÓMO ENCONTRARLOS

Uno de los principales atractivos que ofrece el Football Manager es el anhelo cuasi-romántico de desarrollar talento juvenil. Todos, en mayor o menor dimensión, hemos soñado con formar al futuro Lionel Messi, que crezca en nuestra cantera y luego se convierta en una leyenda del club, llevándonos a ganarlo todo.

La formación de juveniles es cada vez más importante en el fútbol real, y también lo es en el FM, ya que es una de las formas más económicas y sobre todo divertidas de armar plantillas sólidas para lograr objetivos y obtener títulos. Esta concepción, ha inspirado millones de partidas en cada edición del juego, e incluso motiva a algunos managers a plantearse retos exigentes vinculados a la formación de canteranos, en muchos casos reduciendo a su mínima expresión los fichajes e incluso formando planteles enteramente con oriundos del club.

¿Cómo saber si tengo un joven talento en mi club?

Sin importar la filosofía del club que conduzcamos, siempre nos encontraremos con, al menos, dos o tres jugadores menores de 21 años que destaquen respecto a sus compañeros de similar edad, ya sea por sus atributos visibles, o por algún otro parámetro gráficos fácilmente identificable como las controversiales “estrellitas” de potencial.

Sin embargo, se requiere de un análisis pormenorizado de toda la plantilla principal y de los equipos juveniles para detectar a todos aquellos jóvenes con talento y potencial para convertirse en pieza importante del equipo o, como mínimo, representar una buena venta futura.

En este primer artículo veremos cuáles son esos parámetros que definen a un “juvenil prometedor”, y detallaremos cómo interpretar a cada uno:

Edad

Puede sonar obvio, pero lo que estamos buscando son jugadores jóvenes, y cuanto más jóvenes sean, más tiempo tendremos para moldearlos a nuestro gusto y en concordancia con la táctica y los roles que utilicemos. Dependiendo del equipo en el que estemos, en la plantilla principal será usual encontrar jugadores de entre 18 y 21 años, mientras que en los equipos juveniles y reservas el espectro se amplía a un rango de entre 15 y 19 años aproximadamente. Intuitivamente, es fácil darse cuenta que la edad de un jugador también determina la velocidad con la que mejorarán sus habilidades, siendo los más jóvenes los más veloces, y también influye en la facilidad para adaptarse a nuevas posiciones en el campo de juego o nuevos roles (distintos a los que conoce naturalmente) y hasta en la definición de su personalidad.

Personalidad

Muchas veces subestimada o poco considerada, la personalidad de un jugador es uno de los parámetros que pueden diferenciar un juvenil top de uno “del montón”, debido a que impacta directamente en el afán de progresión que tendrá nuestro chico, así como en su actitud respecto al trabajo y la facilidad para enfrentarse a las adversidades, entre otras cosas.

En el FM existen nueve atributos que conforman la personalidad de los futbolistas: profesionalidad, ambición, lealtad, deportividad, presión, temperamento, controversia e influencia (todos ellos ocultos), sumados a la determinación, que es el único atributo de personalidad visible.

Como venimos diciendo, la mayor parte de estos parámetros no son visibles, sin embargo la personalidad sí lo es, y si a esto le sumamos los reportes de preparadores y ojeadores, podremos obtener información bastante acertada acerca de los rasgos ocultos del jugador en cuestión.

A partir de diferentes combinaciones de esos atributos, se determina la personalidad del jugador.

Entonces, y a modo de ejemplo, la personalidad “perfeccionista” significa que el jugador tiene niveles muy altos (entre 18 y 20) en sus atributos ocultos de profesionalidad y ambición, además de la determinación, al tiempo que un futbolista cuya personalidad es “informal”, tendrá muy bajas su profesionalidad y su determinación (por debajo del 4 y 9 respectivamente).

Lo relevante de esta explicación es poder percatarnos de que, en la medida en la que nuestro joven tenga una personalidad de las consideradas “positivas”, sus posibilidades de alcanzar un gran potencial serán muy superiores con respecto a si tuviera una personalidad de las consideradas “negativas”. Veamos, entonces, cuáles son esas personalidades positivas, en orden de preferencia: ciudadano modelo, perfeccionista, profesional modélico, profesional, decidido, resuelto, bastante profesional y bastante decidido. Si encontramos un jugador menor de 21 años con alguna de estas personalidades, les recomiendo prestarle especial atención, porque podemos estar en presencia del próximo crack del fútbol mundial.

Si, por el contrario, encontramos un jugador con personalidad flojo, informal, poco ambicioso, sin espíritu, baja determinación o se desanima con facilidad, conviene considerarlo prácticamente un descarte, ya que ese chico casi con seguridad no llegará a nada, por más de que tu ojeador te diga que tiene potencial de 5 estrellas. Finalmente, encontraremos una masa mayoritaria de jugadores cuya personalidad es “equilibrada”, es decir que todos sus atributos de personalidad están en torno a 1 y 14, lo cual es casi como trabajar con un pizarrón en blanco. Para tener alguna pista acerca de los rasgos de personalidad de estos jugadores, hay que profundizar en el análisis.

Otros atributos visibles

Además de los atributos que conforman la personalidad, y que en su mayoría son ocultos como vimos, existen otros relevantes a tener en cuenta. Ya hablamos de la determinación como uno de los más importantes. Se trata de la capacidad de un jugador para superar las diferentes adversidades, afectando su moral y su rendimiento cuando el equipo sufre un gol o cualquier evento en su contra. Pero también son importantes el sacrificio, como la capacidad para trabajar duro y esforzarse para lograr los objetivos del equipo y otros como la recuperación física, que determina la forma en la que se recupera tras el desgaste de cada entrenamiento y cada partido, permitiéndole rendir durante períodos más largos y sin lesiones.

Como veremos más adelante, para desarrollarse correctamente los futbolistas necesitan jugar muchos partidos. Si se lesionan muy a menudo, notarás que la progresión de sus habilidades también se verá enlentecida, y hasta incluso podrás visualizar pequeñas desmejoras.

Reportes de los empleados

En la ficha de cada jugador, podremos acceder a un informe elaborado por nuestros empleados, en el cual se visualizan los “pros y contras” del futbolista en cuestión.

Es de singular importancia leer estos informes, ya que, entre otras cosas, nos aportan datos sobre los atributos ocultos de los que hicimos referencia en el apartado “personalidad”.

Obviamente, cuantos más “pros” y menos “contras” tenga, será mejor, pero recomiendo prestar especial atención a algunos mensajes:

Propenso a lesiones: si el jugador es propenso a lesionarse, es posible que juegue menos partidos y por ende se desarrolle más lentamente. Leer un mensaje de este tipo debería conducirnos a revisar el historial de lesiones del jugador para detectar posibles lesiones crónicas o repetitivas, y a prestarle especial atención a su desempeño en el apartado físico.

Disfruta/no disfruta de los grandes partidos: nos aporta datos sobre el atributo oculto presión. Un jugador que disfruta de los grandes partidos será vital cuando enfrentemos un derbi o un duelo clave por el ascenso/permanencia, así como instancias finales de torneos. En cambio, si no disfruta de los grandes partidos, probablemente vea mermado su rendimiento en ese tipo de duelos, porque se verá afectado por el nerviosismo y la presión.

Rinde con regularidad/es un jugador irregular: el jugador es capaz de mantener un buen nivel de rendimiento durante la mayor parte de la temporada, sin caer en pozos de bajo rendimiento. En cambio, si se trata de un jugador con desempeño irregular, usualmente tendrá vaivenes pronunciados de forma, incluso en el transcurso de un mismo partido.

Es un líder nato: en ocasiones, veremos este tipo de mensajes que nos indican la capacidad de liderazgo que tiene el jugador. Si bien esto no influye en el entrenamiento ni el desarrollo, nos indica la presencia de un candidato a futuro capitán del equipo.

Nivel actual

A nadie se le escapa que estamos hablando de cómo detectar jugadores con el objetivo de que en el futuro puedan funcionar como piezas importantes dentro del plantel o, mínimamente, como jugadores de recambio con muchos minutos a lo largo de la temporada. Supongamos que en nuestro equipo, el delantero centro titular tiene habilidades cercanas al 14 en los principales atributos requeridos para esa posición, como “remate”, “serenidad”, “control” y “desmarques”.

Paralelamente, detectamos un juvenil de 16 años con 5 estrellas de potencial, personalidad de las consideradas “positivas” y altos números en determinación, sacrificio y recuperación física.

¡Excelente!, ¡ya tenemos a nuestro futuro número 9 estelar! No tan rápido. ¿Qué pensarían si ahora les digo que este juvenil tiene 1 en “remate”, “control”, “desmarques” y “serenidad”? Ahora lo vemos claro. Más allá del potencial del jugador, también es importante analizar en qué niveles están actualmente sus habilidades clave para el puesto en el que se desempeñarán, porque es muy difícil que este delantero que utilizamos como ejemplo llegue al nivel 14 partiendo desde 1, es más, ni siquiera es esperable que llegue a nivel 11 o 12, en caso de que entrene en las mejores instalaciones y con los mejores preparadores posibles.

En suma, analizados todos y cada uno de estos aspectos, tendremos mucha información valiosa que nos permitirá estimar con razonable precisión el “verdadero” potencial de cada jugador joven de nuestro equipo. Y digo “verdadero” con recaudos, porque la realidad es que es imposible determinar de forma exacta cómo progresará y qué potencial alcanzará cada uno, teniendo en cuenta que el desarrollo de juveniles tiene mucho de intuición, de “ensayo y error” y, por qué no, de aleatoriedad.

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